La osteocondritis disecante es una lesión que suele aparecer en la rodilla pero también puede afectar a otras articulaciones como en el tobillo o en el tórax. Esta patología, que es común en niños y adolescentes que practican deportes de impacto, suele tener un tratamiento sencillo y una recuperación rápida, pero en algunos casos puede ser necesario un tratamiento más complejo.
¿Qué es la osteocondritis disecante?
La osteocondritis disecante es una enfermedad articular en la que muere el hueso que está por debajo del cartílago por falta de flujo sanguíneo. Si bien esta lesión puede afectar a cualquier articulación, la rodilla tiende a ser la más afectada y representa el 75% de los casos.
Puntualmente, en este trastorno se forman grietas en el cartílago articular y el hueso subyacente subcondral. Por ende, en la osteocondritis disecante se puede sufrir una necrosis avascular, que consta en la muerte del tejido óseo debido a la falta de sangre.
Por lo general, la osteocondritis disecante es una causa importante de dolor en las articulaciones de adolescentes físicamente activos. Sin embargo, como sus huesos todavía están creciendo, tienen más probabilidades que los adultos de recuperarse, ya que la capacidad del hueso para reparar daños o muerte del tejido óseo (remodelación ósea) en el cartílago es mayor.
La osteocondritis disecante es clasificada por los especialistas según el tamaño de la lesión, si el fragmento está parcial o totalmente desprendido y si el fragmento permanece en su lugar. Cuando el fragmento suelto permanece en su lugar, es posible que el paciente experimente pocos síntomas.
Cuando esta patología aparece en el codo, se presenta de manera muy similar a la Enfermedad de Panner (osteocondritis del capitellum), pero se trata de dos enfermedades diferentes con edad de aparición, imágenes radiográficas, pronóstico y tratamiento totalmente distintos. Por consiguiente, es fundamental realizar un correcto diagnóstico diferencial y un seguimiento clínico adecuado.
Síntomas de la osteocondritis disecante
Los principales síntomas de la osteocondritis disecante son:
- Dolor en el hueso y/o cartílago afectado
- Inflamación de la articulación
- Dificultad para mover la articulación
- Bloqueo articular o chasquidos
- Restricción en el rango de movimiento
Un paciente con osteocondritis disecante puede tener dificultades para subir escaleras, escalar montañas o practicar deportes. Además, posee mayor sensibilidad alrededor de la articulación afectada y es común que sienta que la misma está floja o débil.
Causas de la osteocondritis
Aunque no estén del todo claras las causas exactas que generan esta lesión, existen diferentes factores que están relacionados a la osteocondritis disecante:
- Trauma físico repetitivo
- Menor flujo sanguíneo en el hueso (isquemia)
- Pérdida de flujo sanguíneo (necrosis avascular)
- Pequeñas lesiones en la articulación
- Rápido crecimiento
- Deficiencias y desequilibrio de calcio y fósforo
- Factores genéticos y endocrinos
A su vez, la osteocondritis disecante aparece con más frecuencia en niños y adolescentes de entre 10 y 20 años que realizan mucha actividad deportiva. Este trastorno está fácilmente relacionado a deportes de alto impacto como fútbol, baloncesto, lacrosse, tenis, squash, béisbol y levantamiento de peso.
Tipos de osteocondritis más comunes
Según la zona que se vea afectada, existen diferentes tipos de osteocondritis cada una de ellas con causas y síntomas diferentes:
Osteocondritis pecho
La osteocondritis de pecho o costocondritis afecta al cartílago que une las costillas con el esternón y puede causar un dolor agudo y punzante en el pecho. El dolor en el esternón por osteocondritis se genera justamente por los cartílagos inflamados, provocando dolor en el tórax.
Esta enfermedad también es conocida como dolor de la pared torácica o síndrome costoesternal y, por lo general, se trata de una afección inofensiva que suele desaparecer por sí sola tras dos o tres días.
Osteocondritis esternal
La osteocondritis esternal o Enfermedad de Tietze es un tipo doloroso de osteocondritis que se caracteriza por la inflamación benigna de uno o más cartílagos de la articulación esternocostal.
El síndrome de Tietze generalmente se resuelve en unos pocos meses con reposo. En algunos casos, el desarrollo de este trastorno puede estar precedido por tos excesiva, vómitos, traumatismo en el pecho o infecciones.
Osteocondritis rodilla
La osteocondritis de rodilla afecta un segmento de cartílago y su hueso subcondral. La enfermedad puede deberse a una fractura osteocondral o subcondral no consolidada y por lo general sucede en el cóndilo femoral interno. La rodilla es la articulación más frecuente con osteocondritis.
En el caso de no recibir tratamiento, la osteocondritis de rodilla puede dañar el cartílago, haciendo las partes sueltas del hueso y el cartílago puedan desprenderse de la articulación. A su vez, a largo plazo podría conducir a una artritis.
Osteocondritis tobillo
La lesión osteocondral de tobillo es una lesión del cartílago de la superficie articular que afecta casi siempre al astrágalo (hueso del tarso que constituye la parte inferior del tobillo).
La causa principal de la osteocondritis disecante del astrágalo son los esguinces de tobillo. En la mayoría de los pacientes, se presenta un dolor persistente en el tobillo con la actividad física (incluso ligera) que habitualmente mejora con el reposo.
Tratamiento de la osteocondritis
En caso de presentar síntomas asociados a la osteocondritis, se debe acudir a un especialista para que pueda elaborar un diagnóstico e indicar el tratamiento que mejor se adapte al paciente.
El diagnóstico de la osteocondritis consta de una primera exploración física en la que el especialista hará presión sobre la articulación afectada a fin de analizar los ligamentos, medir el rango de movimiento y verificar la sensibilidad o inflamación de la zona.
Luego, puede indicar una o más pruebas por imágenes como radiografías, resonancias magnéticas o tomografías computarizadas, para obtener una imagen más detallada de la articulación afectada.
El tratamiento que se le indique al paciente tendrá como fin aliviar el dolor y recuperar el funcionamiento normal de la articulación. Por lo general, sobre todo en niños, basta con reposo o la colocación de un dispositivo para inmovilizar la articulación por un tiempo; pero en algunos casos es recomendable la fisioterapia o incluso una cirugía.
El tratamiento con fisioterapia para la osteocondritis consta de:
- Ejercicios de amplitud del movimiento
- Ejercicios de estiramiento
- Ejercicios de fortalecimiento de músculos
En los casos más graves donde queda un fragmento suelto o el área continúa afectada por algún otro motivo, es posible que sea necesaria una operación de osteocondritis. Se trata de una cirugía mínimamente invasiva que ayuda a restaurar los tejidos de manera sencilla.
¿Cuánto puede durar la osteocondritis?
La duración de la osteocondritis dependerá del momento en que se inicie el tratamiento, del tamaño de la lesión y de lo maduros que estén los huesos. De todas formas, por lo general, la lesión desaparece por sí sola, aunque hay casos en los que puede durar varias semanas o más.
Por su parte, los niños y adolescentes -al estar en etapa de crecimiento- tienen mayor facilidad para recuperarse de la osteocondritis.
Prevención de la osteocondritis disecante
Para prevenir la osteocondritis disecante es recomendable ejercitar las articulaciones por medio de movimientos que favorezcan el estiramiento de los ligamentos y los músculos de apoyo.
Evitar la sobrecarga muscular en el gimnasio y evitar levantar mucho peso en actividades diarias también es aconsejable para evitar la osteocondritis, así como una buena práctica deportiva que incluye un adecuado calentamiento previo.
Fuente e Imágenes: Clínica Egaldi
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